Un videojuego convierte el ‘Walden’ de Thoreau en una aventura de supervivencia

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En las primeras líneas de Walden, la vida en los bosques, el poeta, naturalista y filósofo trascendentalista Henry David Thoreau hace una clara declaración de intenciones respecto a cómo vivir una vida guiada por una serie de principios morales, ganándose el pan con el trabajo honrado y viviendo en comunión con la naturaleza. Thoreau, movido por su visión transcendental del mundo, se aisló voluntariamente el 4 de julio de 1845 y experimentó durante algo más de dos años la búsqueda de la propia libertad a través de una vida sencilla en una cabaña construida por él mismo junto la laguna Walden, cerca de la pequeña ciudad de Concord, Massachusetts. Durante ese tiempo en los bosques de Nueva Inglaterra escribió una suerte de memorias en las que describe con precisión sus vivencias y lo que aprendió sobre la condición humana a partir de su relación con la naturaleza y lo que ésta le ofrece, todo como un proceso de exploración y experimentación que conforman una obra cumbre de la literatura.

Con esta tesitura como punto de partida argumental, sería raro pensar en Walden, una historia con un único personaje protagonista y en la que esencialmente no ocurre nada, como una base posible para un videojuego, al menos uno comercial; no en vano, en Smithsonian ya hablaban de él como “el videojuego más improbable del mundo”. Pero la diseñadora de juegos experimentales Tracy J. Fullerton no pensaba lo mismo y así lo planteó en el Laboratorio de Innovación de Videojuegos de la Universidad del Sur de California, departamento de la División de Medios Interactivos y Videojuegos del que es directora. Así, Fullerton ha dirigido un pequeño equipo que durante los últimos diez años ha desarrollado un juego alrededor de la relativamente idílica estancia de Thoreau a las orillas de la laguna de Walden.

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El videojuego Walden, a Game, basado en la obra de Thoreau, plantea al jugador asumir el papel del escritor y filósofo en la misma época en la que éste se separó del mundo, para acercarse a los bosques de Walden armado de paciencia y capacidad reflexiva para sobrevivir en ese entorno de la misma manera que lo hizo el autor durante sus dos años de aislamiento voluntario: trabajar con sus propias manos, construir su propia vivienda, cultivar sus propias hortalizas, pescar, cazar y vivir en armonía con la naturaleza y con los visitantes que pueda tener, ya sean animales o humanos, entre los que se cuentan el que fuera amigo de Thoreau, el poeta y filósofo Ralph Waldo Emerson. Quizás no es lo que uno podría esperar de un videojuego del género de supervivencia, ya que no hay hordas de enemigos naturales o sobrenaturales a los que batir ni nada tenebroso a lo que temer, más allá de que el escenario pueda ser, por momentos, un oscuro bosque en las horas nocturnas de la aventura.

Al contrario que todos estos supuestos, en Walden, a Game el jugador se encuentra en un mundo abierto, con una relativa libertad de movimientos y con el único reto aparente de experimentar las estaciones en aquellos parajes de Nueva Inglaterra, cada una con sus características especiales y únicas. Pero, sobre todo, el juego propone vivir una experiencia similar a la de Thoreau mediante la búsqueda de la realización personal, la reflexión y el trabajo honesto. Aunque no hay una forma correcta o incorrecta de jugar a Walden, el exceso en cualquiera de las tareas emprendidas puede pasar factura, por ejemplo, como un cansancio del que el jugador se puede recuperar leyendo los libros que aparecen en el juego, descansando junto a una hoguera o examinando el entorno. También, como descanso de la quizás excesiva soledad, el jugador se puede acercar a Concord, la ciudad más cercana a la laguna de Walden, para reponer alimentos, materiales o interactuar con su amigo Emerson u otros personajes relevantes.

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Como parte de este proceso de crecimiento personal, Thoreau, personaje controlado por el jugador, comenzará a dar forma al libro que inspira el juego, del que podrá leer y escuchar citas al acercarse a examinar elementos del entorno natural. Pero el texto original no hace que el juego sea narrativamente rígido para el jugador, ya que éste puede jugar según su criterio e, incluso, reescribir, en cierto modo, la historia del autor de Concord, aunque sea esta historia la guía principal de la narración. Por citar un ejemplo, es incluso posible hacer que Thoreau remita textos a su editor para así convertirse en un autor de éxito o, incluso, que pague los impuestos que el propio filósofo se negó a pagar a lo largo de su vida, según indica Tracy J. Fullerton. En todo caso, también en palabras de la directora del proyecto, el juego no es puramente contemplativo ni “un simple paseo por el parque. Los jugadores que fracasen en la búsqueda de comida, por ejemplo, comenzarán a desmayarse en el juego”. En definitiva, el objetivo final del jugador es encontrar la inspiración que dirigió a Thoreau y un equilibrio armónico entre la vida, el trabajo y la propia realización como ser humano.

El videojuego nace con una clara intención educativa que apoyan incluso los gestores del legado de Thoreau, que ven en este soporte una interesante forma de difundir aún más la obra del autor norteamericano, sobre todo entre audiencias que quizás no sean las típicas de su literatura. Como explica la propia Fullerton, “cuando pensé en hacer este juego, fue como una introducción para los jóvenes, que tal vez no hayan leído el libro todavía", es decir, un atractivo más para toda una nueva generación de lectores potenciales a través de un medio, el de los videojuegos, de cada vez mayor alcance, potencial y versatilidad.

En definitiva, el juego invita a revisitar los problemas que Thoreau se planteó al abandonar un mundo que comenzaba a abrazar la modernidad, un abandono basado en una reflexión profunda sobre los supuestos beneficios de ese advenimiento. Esto, sin duda, se puede aplicar sin problemas al mundo ultratecnificado e hiperconectado en el que vivimos y en el que tiene plena actualidad y relevancia el debate que planteaba el autor sobre si los avances tecnológicos hacen mejores nuestras vidas o simplemente nos distraen y alejan de lo verdaderamente importante.

Walden, a Game se encuentra en sus fases finales de desarrollo para PC y Macintosh y su versión definitiva saldrá a la venta el próximo 4 de julio, el mismo día elegido por Thoreau para separarse del mundo. Además, llega justo a tiempo para la celebración de los fastos por el 200º aniversario de su nacimiento, ocasión por la que el Museo de Concord ha organizado una serie de exposiciones de las que el videojuego forma parte. El juego tendrá en su lanzamiento un precio de 18,45 dólares (unos 16,15 euros), aunque ya se puede adquirir una versión alfa jugable a través de su web oficial, que se podrá actualizar de forma gratuita a la versión final, por ese mismo precio. ¿Queréis dar un paseo por el bosque?

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