Ana Merino, Premio Nadal 2020 con ‘El mapa de los afectos’

La escritora madrileña Ana Merino ha obtenido el Premio Nadal 2020 con su primera novela, El mapa de los afectos, una historia que según su autora defiende la bondad y que está ambientada en un pequeño pueblo de Estados Unidos. El galardón, que este año ha alcanzado su 76ª edición, se entregó, como cada 6 de enero, en una cena en Barcelona. La obra está premiada con 18.000 euros y llegará a las librerías el 4 de febrero editada por Destino.

Ana Merino, Premio Nadal 2020

El mapa de los afectos, presentada al Premio Nadal como Campos de fuerza y con el seudónimo Susan Storm, está construida sobre una miríada de protagonistas y las diversas relaciones que se establecen entre ellos (el amor, la pérdida, la venganza, el desengaño, la traición…). La trama comienza con la relación sentimental de una maestra de preescolar que «tiene dudas sobre el amor» y un niño de cinco años que ha perdido a su madre.

Al recoger el galardón, la escritora, hija del también escritor José María Merino, destacó que 2020 es un año especial por la celebración del centenario de la muerte de Benito Pérez Galdós y la del centenario del nacimiento de Miguel Delibes: «Es muy estimulante porque habla de la continuidad de la literatura, de que existe y es parte de nosotros».

Ana Merino, en la rueda de prensa tras recoger el Premio Nadal.

Ana Merino aseguró que «el Premio Nadal me ha formado» y dijo creer en la literatura con el mismo fervor con el que creía en los Reyes Magos. La literatura, sostuvo, permite empatizar, profundizar en el alma humana, «nos da ese espacio de reflexión tan importante y de continuidad».

La novela

Centrada en una pequeña comunidad rural estadounidense, la historia de El mapa de los afectos transcurre en realidad entre América del Norte y España. A partir del relato inicial se adentra en los misterios cotidianos de los habitantes de ese pueblo a lo largo de dos décadas, ofreciendo un mapa de los diferentes tipos de afecto de sus habitantes. Una comunidad en la que solamente se puede sobrevivir gracias a la bondad y a las ganas de seguir viviendo.

En la rueda de prensa posterior a la entrega del premio, Merino explicó que su obra es un alegato a la bondad porque «alguien tiene que reivindicarla». Lamentó que «a la bondad se la desprecia a veces» pese a que, añadió, «es lo que ha hecho que la Humanidad permanezca».

La autora

Merino es profesora de escritura creativa y estudios hispánicos en la Universidad de Iowa (Estados Unidos), ha publicado un ensayo académico, una monografía crítica sobre Chris Ware y los cinco libros de poesía Preparativos para un viaje (Rialp, 1995), Los días gemelos (Visor, 1997), La voz de los relojes (Visor, 2000), Juegos de niños (Visor, 2003) y Compañera de celda (Visor, 2006).

Ha ganado los premios Adonais y Fray Luis de León de poesía y el premio Diario de Avisos por sus artículos sobre cómics para la revista literaria Leer. Es miembro del comité ejecutivo del International Comics Art Forum (ICAF) y miembro de la junta directiva del Center for Cartoon Studies en White River Juntion. Lleva 25 años viviendo en Estados Unidos y sobre esa experiencia ha construido su imaginario como escritora.

Laia Aguilar y Ana Merino.
Laia Aguilar y Ana Merino. / Foto: Ediciones Destino

Laia Aguilar, Premio Josep Pla con ‘Pluja d’estels’

En la misma velada se dio a conocer el fallo del 52º Premi Josep Pla, dotado con 6.000 euros y que fue para la novela Pluja d’estels, firmada por la escritora, guionista y profesora Laia Aguilar. En ella plasma una «historia de nostalgia, el paso del tiempo y la juventud» a través del reencuentro de unos amigos que rondan los 40 años y que estudiaron juntos.

«Pero ha pasado el tiempo y un incidente trágico lo ha roto todo» y todos los personajes deberán resituarse y hacer frente al dolor, avanzó la autora, que añadió que, al principio, los protagonistas huyen del dolor, al vivir en una sociedad en la que se impone la «tiranía de la felicidad». Aguilar criticó que «en las redes sociales colgamos fragmentos de felicidad, proyectamos un personaje», algo que a ella no le interesa. Prefiere explorar «la vulnerabilidad, lo que no proyectaríamos en las redes, todo lo que no sabemos pero que está, los miedos y las contradicciones».

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