Waterstones compra Foyles para ‘salvarla’ de Amazon

La cadena británica adquiere la emblemática librería, atendiendo a la llamada de auxilio de su actual director, Christopher Foyles, nieto de uno de los dos hermanos que la fundaron hace más de un siglo.

Por Susana C. Gómez

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Foto: Ewan Munro

Si conocéis Londres y, como a nosotros, os gustan los libros y las librerías, seguramente hayáis pasado por Charing Cross, un pequeño paraíso en el que se asientan algunas de las mejores librerías independientes londinenses. Si visitasteis la capital británica hace unos años y volvéis ahora, observareis que muchas de esas pequeñas librerías han desaparecido, víctimas de los nuevos tiempos, los nuevos hábitos, el comercio electrónico y, claro, Amazon

Una de esas librerías que aún resistían era Foyles, una firma independiente pero no exactamente una pequeña librería, pues en Charing Cross tiene un hermoso y amplio establecimiento y otros seis más en distintos puntos del país (tres más en Londres y otros tres en Birmingham, Chelmsford y Bristol).

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Foyles, fundada a principios del siglo XX por dos hermanos, ha ido
sobreviviendo al cambio de siglo y al embate de Amazon, pero su actual
presidente (y propietario del 65% de la empresa) ha dicho que ya no puede
más. Y en lugar de cerrar, Christopher Foyle, nieto de uno de los
fundadores, ha acudido a Waterstones, la gran cadena de librerías
británicas (casi 300 establecimientos), para ofrecerles adquirir la
empresa. Y han aceptado.

Según apuntan los medios británicos, Waterstones, por medio de su gerente James Daunt, ha dejado claro que tras la operación Foyles conservará su singularidad y que la marca y su prestigio como pilar de una respetada dinastía de libreros se mantendrá. De paso, también ha asegurado que esta alianza-adquisición es una proclama en favor de “los placeres de las librerías reales frente a los cantos de sirena de Amazon”.

Ojalá que esta compra sirva para defender las librerías reales y sobre todo las buenas librerías, tan necesarias. Y ojalá también que el nombre Foyles (y sus establecimientos, que son una delicia) no se pierda, porque la historia de esta familia se merece perdurar.

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En The Guardian y en la propia web de Foyles tenéis una reseña histórica de los avatares de la empresa desde que los adolescentes William y Gilbert Foyle iniciaron la aventura (la chispa fue la venta de unos libros de texto que ya no necesitaban), pasando por la Segunda Guerra Mundial (los telegramas de William a Hitler pidiendo comprar todos esos libros que quemaban los nazis para salvarlos del fuego) o la etapa de Christina, hija de William, que tomó las riendas del negocio en 1945 y las dejó en 1999, seis días antes de morir, y que durante esos años convirtió, gracias a su trabajo con escritores y editores, el nombre Foyles en un emblema del mundo editorial británico. Un emblema que abre ahora una nueva etapa, puede que menos libre pero quizás también más segura. El tiempo lo dirá.

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