Arturo Pérez-Reverte: “La legislación española contra el maltrato animal es una vergüenza”
El escritor y académico de la Lengua presenta ‘Los perros duros no bailan’, su última novela, que llega esta semana a las librerías.
Por Susana C. Gómez
El amor de Arturo Pérez-Reverte por los perros es algo que conocerán quienes sigan al escritor en Twitter, donde dedica casi un tercio de sus mensajes a unos animales que tienen a su juicio virtudes como “la lealtad y la dignidad” que desearía para los seres humanos. Precisamente los canes son los protagonistas de su nueva novela, que llega esta semana a las librerías y que ha presentado en Madrid.
Foto: Victoria Iglesias
En Los perros duros no bailan, editado por Alfaguara, Pérez-Reverte (Cartagena, 1951) recupera una figura habitual en su trayectoria, la del “héroe cansado”, que ha luchado en mil batallas, de las que ha salido derrotado, con cicatrices y perdiendo a algunos amigos por el camino, el héroe que ya ha visto y sufrido demasiado pero que pese a todo no puede dejar de luchar por lo que cree que es justo. La diferencia respecto a títulos anteriores es que el protagonista y el resto de personajes de su última novela no son personas, sino perros, una idea que lleva germinando en la mente del escritor casi desde la adolescencia por culpa de Jack London, Rudyard Kipling o el Coloquio de los perros de Miguel de Cervantes.
El protagonista de la historia es Negro, un mastín mestizo, viejo superviviente de las luchas clandestinas de perros que deberá regresar a ese mundo para investigar la desaparición de dos amigos. “Negro ha estado allí. Tiene cicatrices y fantasmas. Me interesa esa mirada del que ha visto pero ya no puede ser inocente. Personajes que tienen una historia detrás”, señaló durante la presentación.
Aunque el autor apunta que su último trabajo no es una denuncia social, sí tuvo que adentrarse en la realidad “cruel, amarga y dramática” de las peleas de perros clandestinas, y aprovechó para lamentarse de que la legislación española contra el maltrato a los animales sea una “vergüenza” y “de las más infames de Europa”: “En España el maltrato sale casi gratis porque se puede hacer cualquier atrocidad a un animal y solo les va a caer un año o una multa que no van a pagar”, aseguró el también académico de la Lengua, que cree que los casos no se persiguen y dejan a las víctimas “indefensas”.
Además de su amor por los perros (tiene cinco en casa), hay otro motivo por el que los ha escogido como personajes: poder escribir con mayor libertad, sin preocuparse por las convenciones sociales o la corrección política. “A un perro no le preocupa lo que al día siguiente salga en Twitter”, dijo, y añadió que así tuvo “bula para contar la realidad de una forma que no podría hacerlo con seres humanos. He podido contar cosas por las que, si hubieran sido humanos, se me habrían echado encima todo tipo de colectivos”.
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Otro de los temas del libro es la lucha por la libertad, y Pérez-Reverte aprovechó para trasladar a los jóvenes –a los que “se les ha criado de modo que están convencidos de que tienen derecho a todo”– que ”levantarte y pelear” es fundamental: “El ser humano debe estar en una guerra psicológica permanente porque todo puede desaparecer. La libertad se debe ganar continuamente”.
Y siguiendo con la libertad, el creador de Alatriste también tuvo palabras para la libertad de expresión, la libertad de prensa y la autocensura, pues consideró que “escribir se ha hecho cada vez más difícil y ahora hay que tener un cuidado tremendo porque todo puede generar un conflicto: estamos cortando la lengua a la hora de hablar”. En cambio, continuó, “un perro puede permitírselo todo”, incluso el machismo, porque “los perros son machistas”. Y en esa autocensura para no molestar Pérez-Reverte cree que lo peor habita en las redes sociales: “La autocensura por miedo a las redes sociales es lo peor que estamos viviendo, por delante de la crisis, y no es algo solo de España, sino de Occidente”.
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