¿Autocensura en las bibliotecas?
¿Autocensura en las bibliotecas?
¿Se censuran libros en las bibliotecas, ya sea restringiendo su préstamo o impidiendo su compra para añadirlos a los fondos? Es lo que se pregunta Verónica Juárez en el blog Uvejota, donde, a cuenta del éxito de Cincuenta sombras de Grey, también en las bibliotecas, se pregunta si un bibliotecario debe proporcionar a los usuarios todo aquello que piden, sin importar su calidad o su conveniencia, o facilitarles sólo obras buenas, en el más amplio sentido de la palabra.
“…libros como éste, la saga de Harry Potter y tantos otros han sido motivo de censura, si no por parte de bibliotecarios, sí por parte de diversas asociaciones que, en aras de una “sociedad decente” han presionado a las bibliotecas y los bibliotecarios para que desaparezcan ciertos títulos de las bibliotecas”.
La respuesta de Juárez a si los bibliotecarios deben controlar qué se lee es tajante: no.
“…la respuesta ética es NO, nuestro papel es asegurar el acceso a cualquier libro que el usuario esté demandando y, yo agregaría, alentarlo a que vaya más allá de determinada lectura”.
En el artículo incluye además un test de la New York Library Association que permite medir esa autocensura de la que habla en el título. Y sí, “la autocensura tiene matices mucho más sutiles de lo que cabría esperar”.
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